¿A quien pretendo engañar
fingiendo una indiferencia
que no siento en realidad,
intentando inútilmente
disimular los latidos
frenéticos de mis sienes,
al sólo verte pasar?
¿A quien voy a convencer
de que todo está normal
cuando ya sólo en mi mente
tu imagen está presente
sin descanso, sin final?
Te sueño constantemente
y es esta obsesión ferviente
la que no puedo ocultar.
¿Qué caso tiene negar
lo que resulta evidente
a pesar de mis esfuerzos,
si, hasta a través de mis versos,
mis palabras me delatan?
Mis pupilas se dilatan
al sólo mirar tu rostro
y, cuando no estoy a tu lado,
los celos casi me matan.
No lo puedo remediar,
la evidencia me traiciona
y revela los sentimientos
que me inspira tu persona;
si es tu delicioso aroma
el que impregna mis momentos
con su perfume sin par.-