Quedarse solo...

Quedarme solo...no es lo mismo
que no estar acompàñado...
entre mis dedos...entre mis manos...
tus argollas...tu pulsera...
tu reloj de arena...
hacen nidos...hacen surcos...
se sellan en mi carne...
De vez en cuando me los quito
para acariciar tu huella blanca...
Cuando levanto mis brazos suavemente
siempre encuentro la forma de tu cuerpo,
perfumada...
de un aroma... que ni las flores tienen...
Es que te sientas a mi lado
con tus palabras...con tus anillos...
con tu olor a sombra...
con las arenas ignotas de tu tiempo
deslizadas lentamente entre mis ojos...
pero sobre todo
con tu lenguaje
y su hieratica solemnidad...
con la agudeza grave
de tu voz de tempestad...
y exilias de manera transitoria
el fanatismo hermetico
de mi augusta soledad... Malatusta...