Extraño tu presencia aún desconocida,
Tal vez esté dormida tu alma en mi existencia,
Puede ser que he nacido contigo en la conciencia
Te veo aunque no estés, te busco con demencia...
Los días se hacen lentos, las noches solitarias,
Mis sueños son perfectos bellos cuentos de hadas,
Me asomo a tu ventana y siento suave el viento
Que a su vez me regala todos tus sentimientos...
Extraño tu presencia sutil, arrulladora,
Tu impecable candor, tu genio, tu figura,
Te escucho en los acordes de mi violín querido,
Te siento con cariño, con pasión, sin olvido...
Extraño todo aquello que tienes en el alma,
Soledades, silencios, y toda la esperanza...
Quizá estés viviendo muy cerca de la luna,
Donde nada se sabe ni amanecen auroras...
Querida Ivette, bello poema, sin duda llega hasta el alma. Un abrazo y mis diez. Felicitaciones.Lilita