Paso a paso su cuerpo se encamina
al destino mortal que allí le espera,
pues, que quiere su suerte asesina;
paso a paso su inocencia lisonjera
Paso a paso su cuerpo se mancilla
entre abusos de nanas de hojarasca.
Como a fango que a las olas acuchilla,
paso a paso, se aproxima la borrasca.
Dando pasos va un cuerpo vergonzante,
que a través de la sangre se adivina
e incansable va bebiendo su toxina.
Es entonces, que retumba consonante,
en diapasón entre la sangre y la guerra,
su abolengo en soledad sobre la tierra. A todos los menores que son raptados y violados, con la esperanza y el deseo, que el tiempo y la vida les cure las heridas que estos horribles hechos le hayan podido ocasionar.