"NADA NUEVO"
Lo mismo sucede al llanto
que a la risa.
Lo mismo pasa si llueve
o simplemente graniza.
A donde mismo se marchan
los vivos y los difuntos
simplemente...
simplemente no van juntos.
Mi amor se murió de golpe
igual que como naciera.
-Jesús se hubiera rendido
y lo hubiera maldecido
como maldijo a la higuera-
¿Dónde están los frutos verdes,
las palabras inaudibles;
aquellos besos candentes
donde se clavan los dientes
por lugares indecibles?
¿Dónde sus manos de fuego
y el brillo aquel de sus ojos?
¿En dónde el cándido ruego
de aquellos, sus labios rojos?
¡Oh corazón! Amordaza,
estrangula tu suspiro,
esconde,
esconde tu grito,
casi de dolor, aullido.
Me marchito,
desfallezco,
me desmayo,
me atropello.
No quiero ir a los jardines
ni quiero ir a las montañas,
que lo mismo va conmigo
por el valle o el desierto,
que lo mismo me acompaña
si estoy dormido o despierto.
¿Cómo tolerar el llanto?
¿Cómo sufrir su silencio?
¿Cómo acostumbrar a mi alma
que no conoce del tiempo?
Se olvidó del diccionario
y balbucea el alfabeto...
Yo ya no quiero palabras;
aborrezco los secretos.
Yo ya no quiero las rosas
de los huertos.
Yo prefiero hacer un ramo
de rosas del cementerio.
Prefiero verme en sus ojos
que en los pulidos espejos,
prefiero tocar sus manos
que a la flor del limonero.
¡Qué metafísico llanto
se hunde en el estercolero!
¡Qué lágrimas tan amargas!
¡qué agudo dolor tan fiero!
Lo mismo le pasa al llanto
que a la risa.
Lo mismo es irme despacio
que de prisa.
Lo mismo da que yo viva
o si muero,
y aunque al mundo no le cuadre
¡YO...LA QUIERO...!
Heriberto Bravo Bravo SS.CC (Derechos reservados)