No me lo dañes

Mi corazón te mando
con llave para abrir.
Su envoltura es frágil;
es radiante como el oro.
Dentro hay un tesoro.
Es de inmenso valor,
muy preciado para mí.
Solo tú tienes la clave.
Piensa si quieres verlo,
su precio es cuantioso.
Tú puedes conseguir
que se abra o se cierre.
Una vez lo quisiste cuidar;
hoy no cómo obrarás.
Tal vez lo desees vender,
ofrecerlo a otro postor.
Quizá te interese tratar
para desprenderte de él
y no conservarlo contigo.
Te doy libertad para ejercer.
No me lo lesiones,
sufriría un gran pesar;
ya de sí dañado,
no aguantaría otro dolor.