Madre, que te detiene en este mundo
si desde que partió papá, te querías morir,
porque estás tan aferrada a esta vida
Madre, no queremos verte, ni mereces sufrir.
Nuestra casa, siempre llena de gente
y nunca te escuché quejar,
no sé como lo hacías
para poder el pan duplicar.
Parecías un remolino
ibas de un lado para otro,
lavabas, planchabas, cocinabas,
lo dabas todo por nosotros.
Sé que muchas veces
por mi culpa lloraste,
lo siento Madre mía
pero, yo sé que me perdonaste.
Nadie nos enseña a ser madre,
es algo que hacemos en forma innata,
aunque en este momento no lo entiendas
te pido perdón por las veces que fui ingrata.
Te amo Madre mía
tal vez debí repetirlo y demostrarlo
cuando aún lo comprendías.