fecunda esperanza

"FECUNDA ESPERANZA"
Tu niño viene, madre.
Estrella que desciende, lábil gota de lluvia,
magia en evolución, monopolio de Dios,
cariño que se estrena,
amor en germen, ansia
de conocer tu rostro.
Ya tu vientre se ensancha,
nido de ensueño dócil como lánguido barro,
proyecto que circula por tus venas.
Una colmena crece a tu cobijo,
se gesta entre rumores la ilusión,
silencio de esperanza.
Tus suspiros lo dicen:
son menudos, constantes, arrullos sincopados
y tu inquietud madura la certeza,
motivo de tu orgullo. Tu alegría
se expresa en canto. El gozo de saberte fecunda.
De pronto estás llorando.
De tu vientre ya emerge la energía que bulle,
la inevitable sensación del miedo,
la oración, la caricia, la broma
que hasta tu vientre llega
con tierno desenfado.
Y persiste tu canto:
la vida interminable que corre por los cauces
del misterio, de las entrañas,
de la ternura enorme como la morada del tiempo,
como viento y como agua.
Y el niño va a nacer.
Lo anuncian tus mejillas como se anuncia el alba,
con gorjeos y trinos como himnarios y salmos,
en campos espigados bajo el cielo,
entre el murmullo de la fuente rota,
suspenso de cascadas.
Tu niño viene, madre.
Vendrán hasta tu hogar las hadas vaporosas,
solemnes, majestuosos los ángeles imberbes
en su pegaso de oro
con el alma tan blanca a tus cuidados.
Tu niño viene, madre.
Del infinito mundo, del sol, del más allá,
y el canto, amor, dulcísimo persiste.
No el espacio vacío,
no el nido de infundadas opresiones.
El se fía a tu celo totalmente,
a tu cariño, en fin, a tu ternura
de maternal encanto y de abnegado amor.
¡Lirio de luz y sol! Vida que corre
de ansia sobre la faz, como la estrella
siembra de ese designio que del cielo
arriba como brisa sobre el fuego...
Heriberto Bravo Bravo SS.CC (Derechos reservados)