Al alzar la vista vi una rosa

Vagando por bosques perdidos
con pesadumbroso rumbo errante,
veo un rosal en llama viva
un atisbo de sol ardiente.
Sendero y claro de hojas muertas,
tan cercano y tan difícil debate,
voces ahogo y frio bosque en verano
con la ultima luz de los días delante.
En la noche nace el alba cuando la rosa abrazo,
sus espinas son caricias de fuego que de nuevo late,
brisa y cielo se funden ciegos y claros
y es la sonrisa de la tierra que renace.
No te alejes, no te apagues,
que ya es canto de luces soñadas la mañana de sol naciente.