Madre, hay un hueco en mi corazón

Madre,
Hoy me alegra reconocer,
Que a pesar de este amor inmenso
Por la mujer amada,
De este amor sublime,
Por la hija llegada:
Hay un hueco en mi corazón
Para tu amor grandioso,
Porque el devenir lógico del destino
Las lleva a la dulce condena
De repetir tu hazaña de hace
Veinte y tantos años, los mismos
De existencia sobre este mundo,
Que tú, madre, te encargaste
De provocar con tu amor de madre de campo,
Junto al hombre que te hizo mujer,
Que te hizo parir una esperanza,
Que hacía parir la tierra,
En benditos frutos de Dios.
Madre, te recuerdo como árbol grandioso
De frustraciones de antaño,
Yo tu semilla seguiré,
Fructificando esperanzas como tú, madre
Y la madre que hice mujer,
Sigue sembrando esperanzas,
como tú madre un día,
Y mi hija también otro día será madre
Y seguirá el curso inexorable
Del tiempo.
Madre,
Hoy te recuerdo como siempre
Y busco en mí las huellas de tu ser
Y me duele reconocer un día,
El tiempo después de platearte las sienes
Y debilitarte el cuerpo hasta exprimirte
La vida en un cuerpo viejo y cansado,
Te llevará al descanso eterno de las almas
buenas, porque tú, madre, fuiste cristiana
Y como tal me inculcaste tus valores
Y aprendí de tus amores
Y con tu ejemplo el valor del hermano,
De ese hermano que aunque no nació,
De tu bendito vientre comparte conmigo
Y sobrevive luchando con la existencia.