Domingo en lluvias.

A veces, dejas volar la imaginación,

pero sorprendentemente te sorprende a bien,

escuchas eso? El corazón de un loco,

un loco que se muere por tus huesos,

pues jamás he dejado de quererte,

jamás he dejado de buscarte, tras cada pliegue,

tras cada imagen que atesoro,

y es que no puedo dejar de soñarte,

y es que no puedo dejar de pensarte,

eres eso, eres todo lo que quiero,

lo último en lo que pienso,

antes de acostarme, y a la mañana siguiente,

lo primero en mi lista de deseos,

A qué viene todo esto te preguntaras,

y es que ahora mismo, mientras observo de cerca,

la lluvia caer al suelo,

las cristalinas gotas, me recuerdan,

tu delicada piel,

aquellos ojos capaces, de ver, y sentir a la vez,

me paso las horas pensando en que,

por muy lejos que estemos,

es cierto que veo caer las mismas gotas,

que bajo tu techo una vez,

pues la distancia, y el tiempo distante,

no son más fuertes de lo que siento,

no son más duraderos, que las horas que pasaremos,

bajo el mismo techo.

Te quiero.