Ven, cuèntame la verdad de lo que sientes,
transporta tus inquietudes
al màs puro elemento que la vida
te trae.
Ven, no reniegues de mis oìdos, que
estàn para escuchar tus cuitas
desesperadas y atraparlas
entre pedestales de ensueño.
Ven, roza tu boca en mis palabras
que ellas te verteràn
la quietud de sombras y gnomos.
Ven, confìa en mis frases, que aunque
no sirvan para curar heridas, aliviaràn
un poco la voraz inquietud de tus preguntas.
Ven, trae contigo el dolor de tus
abriles, que seguramente Los transformarè
en calurosos abrigos y verdades que no duelan.