Ser.-

Laberintos son la condena del camino
el conocido y también el nunca hallado,
propuestas ciertas de error y desatinos
trampas certeras para el único vedado.
Atrapado en anagramas de inconsciente
o en las instancias finales de las ciencias
reside alguna verdad que huye de mi mente
y no encontrarla jamás es mi sentencia.
Busco el Ser, mi yo, esencia, naturaleza
o las fachadas, imágenes reales o mentidas
en el afán de atravesar dolores y crudeza
de esta dimensión del azar llamada vida.
Se ahondan los recintos, sin ver la puerta
que de vestigios del cruel, letal dilema
donde lo real se corrompe por la incierta
y abismal distancia que luce el anatema.
Buscar mi yo en un mundo de espejismos
donde la comprensión es arte inabordable
y la aparente verdad yace en mil deísmos
es del otro yo que reside impenetrable.
Deberé reptar o erguido tumbar fachadas
manteniendo despierta, alerta la conciencia
ante el horror que late en las innominadas
perfectas mentiras sin alma y sin esencia.
Me reduciré solo a vibraciones y estructuras
puras y simples de enigmática existencia
no exploraré ya mas el anagrama de figuras
que me mienten a Dios solo en apariencias
Dejare el insomnio y me volcaré a los sueños
sin análisis ni prejuicio, solo con templanza
de encontrar placidez sin lucha y sin empeño
intuyendo la demora en vestigios de esperanza.