Querido amigo,
He visto un lugar allá donde la nieve,
Cubre las flores de las altas y verdes montañas,
donde una campana de piedra suena sin cesar en tu honor,
Donde las aves del cielo vuelan en círculo haciendo reverencias sin parar.
Ese lugar por donde paseas ahora junto a Dios,
Donde una cascada revela secretos si la sabes escuchar,
Secretos de tu largo caminar.
Querido amigo,
Hablo de ese pueblo escondido
de ese misterioso lugar,
Hablo de ese eterno lugar,
tu querido Garabandal.
De sus pinos, de su hierba
De su rocío en la mañana fría,
De la luna que ilumina sus riachuelos con frondosa luz crepuscular.
Y tú hoy dirás,
Que será del pueblo mío,
Que será de todo lo que allí aprendí,
De mis plegarias, que volaron con el viento junto a Dios,
Esas plegarias pueblo mío,
que en ti deposité.
Nosotros que te queremos,
Diremos…
No erosionará,
el viento tu recuerdo en los pinos,
Viento tan frió, a veces tan tierno.
Alegres fueron las mañanas de tu despertar,
amigo,
Alegres fueron las tardes que nos deleitaste…
con tu sonrisa,
amigo,
Esas tardes que Garabandal,
Esperaba…
Esas tardes que Garabandal,
Con fe rezaba.
Amigo de mi corazón… que grande fuiste,
Garabandal una lágrima a derramado hoy,
seguiremos siendo lo que tú querías,
Buena lección nos diste de fortaleza,
Buena herencia nos dejaste,
Gracias mi amigo.