No te pierdo, pues nunca fuiste mia,
pero te extraño más que nunca, ahora
quiero oír tu dulce voz, mi ave canora.
Tranquila amor, no estoy en agonía.
La casa sin ti es difícil de explicar,
quedó desierto, como corazón vacío,
pero sepas amor, que no tengo hastío,
solamente añoro momento de platicar.
Quedaron conversaciones pendientes
es la razón te pienso cada instante,
extraño tu expresión tranquila y suave,
tu voz angelical en un te quiero
dece todo. Desde la distancia espero
tu dulce voz, que mi alma conmueve.
Autor: Alcibíades Noceda Medina