Al gran poeta miguel hernandez

En que rincones vestidos de espumosos almendros duerme tu alma, poeta. Que huerto has florecido con tu corazon hambriento de pasado. Donde reclinas el coraje de tu sangre alicantina. Pastor domeñando tristezas, atribulando corazones. Tu boca dse soles atrapada bajo la grama se escucha y hiere con un rumor de caracolas. Viniste a la vida  con el alma fecunda de poemas. Aun se acuerdan de ti las palmeras y los montes. Eres viento que desnuda eras ahuyentando sauces y retoñando primaveras. La tierra toda, es tu simiente tu labras desde el fondo y arrancas pedazos de cielo a su corteza. Tu poesia desnuda sin mascaras artificiales no tirita que es fuego alimentando volcanes.