Te contemplo a hurtadillas. Te contemplo
desde lejos, con tanta reverencia
como el hombre que ingresa a un sacro templo.
Con el mismo respeto y complacencia,
con la misma ternura y sentimiento
del que asume con gozo su existencia.
Y al mirarte me quedo sin aliento,
embobado, alelado, e imaginando
que al mirarte tú sientes lo que siento.
Yo no sé si al mirarte como cuando
a hurtadillas te miras al espejo,
te sonríes y luego suspirando
te das cuenta que el mundo es disparejo,
porque Dios puso en ti tanta belleza,
que tan sólo con ella te cotejo.
Tienes ese donaire de princesa
que ni cuenta se da de que es tan bella
y hasta me haces dudar si te interesa,
pues tu vida transcurre como estrella
que, prendida del alto firmamento,
se limita a brillar. Muy propio de ella...
Y así vas por las calles como el viento,
provocando distintas sensaciones
en los hombres y un sólo pensamiento:
"Esta hermosa mujer, con tantos dones
como Dios le ha otorgado ¿está consciente
de que rompe de amor los corazones?"
Heriberto Bravo Bravo SS.CC
¿Donde estas que ya no escribes? ¡ dinos que ha sido de ti!, es quizas que no pecibes el vacio que hay aqui.