Ultimamente
ya todo se me vuelve
humo entre las manos
y cenizas en mi boca,
que ya no me sabe la vida
ni este mundo me provoca;
que ya no encuentro consuelo
ni motivo de alegría
ni en la quietud de las noches
ni en el calor de los días.
Que ya no me importa nada
de lo que antes me movía
a tratar de cambiar al mundo
y trazar de mi vida el rumbo
con sin igual osadía.
Ultimamente
me siento ya tan cansado
de luchar inútilmente
para que, en un tiempo dado,
todo lo que haya logrado
quede sólo aquí, en mi mente,
como cosa del pasado,
olvidado por la gente
que vive un nuevo presente
sin que yo sea recordado.
Que todo lo arrastra el viento
inclemente de la historia
y es en vano el sufrimiento
y en vano es, también, la gloria
que sólo dura un momento.
Ultimamente
de pronto, perdió el sentido
todo aquello que he aprendido
en los libros y las teorías;
y ya no siento tan mías
las creencias de mi infancia
aceptadas ciegamente
hasta hace unos pocos años,
ahora los desengaños
vividos constantemente
han hecho mella en mi mente
y demolido los ideales
que antes defendiera tanto.
Que ahora reina el desencanto
en un criterio diferente,
plagado de escepticismo
con un poco de cinismo
en este vacío creciente.-
Eduardo Ritter Bonilla.