Volvía al hogar feliz y confiado
creí en mi inacabable fortaleza,
al tiempo dejo pasar con simpleza
viviendo el día, sin mucho cuidado.
El tiempo mis manos ya han cuarteado
mi otoño con hoja ambarina empieza,
a pesar, aun batallo con firmeza,
no me entrego; no niego, estoy ajado.
Los años pasan agregando cero,
el tiempo no dio ni para asentarme,
razón qué; soy veterano me entero
cuando ligero quise levantarme,
tan poco ya puedo hacer lo que quiero,
ni torbellino puede remontarme.
El señor de los fierros
(Copyright © 2012 - Todos los derechos reservados).