Labios de caramelo, frescos, apetecibles,
como miel exquisita recién elaborada
del néctar de las flores, por la abeja dorada,
obrera infatigable de sueños imposibles.
Labios los de mi amada rojos e inconfundibles
que apenas entreabiertos y sin decirme nada,
suscitan ansiedades de entrega apasionada,
como un imán potente de lazos invisibles.
Labios que me transportan a degustar la gloria
anticipadamente cuando mis labios besan,
rebanadas candentes- con matiz de rubíes-
de sandía, que albergan lo mejor de mi historia
de infinitos placeres que no acaban ni cesan,
tus labios con colores de frescos alhelíes.
Heriberto Bravo Bravo SS.CC