Fuì, lo que han querido que fuera
un humano de armadura vestido,
sin el encanto de una suave vez primera
sin el sabor de antes, haberte conocido.
Fuì, aquello que la perfecciòn marcaba
el rezo del domingo, en una iglesia cualquiera,
el tener Dios, antes que una mirada,
el mirar de lejos la flor en primavera.
Fuì, de las bestias su alimento
al creer que el mundo por mì giraba,
sin suponer que hay goce en Los momentos
cuando tomas de las manos, a tu enamorada.
Fuì, el modelo del amante societario
la voz sin ruido que azotò mis talentos,
sin creer que existen calendarios
que borran las penas de algùn tormento.
Fuì, el pastor maduro de lo excesivo
el guardiàn de mis noches mal dormidas,
una sombra de mal gusto sin sentido,
un sopor dormilòn que evadiò poesìas.
Fuì, lo que quisieron que fuera,
despuès de la revoluciòn que anidò mis venas,
soy, vida mìa, lo que ves en primavera
ese que cambiò el amor, por la viejas penas.