Que hermoso fue verte, en esa cama tendida, rodeada de la mística urbanidad de las miradas mis manos en tus pechos, tus ojos en mi vida concepción precoz de cada paso de tus hadas, razón por la cual de nada te arrepientes el haber estado gozando en mis momentos, el instante preciso de mostrar nuestros simientes, unidad perfecta, de cuerpos en los vientos, y en cada potestad de mis dedos en tus tejidos sinuosos poros que carecen de argumentos, supiste en la paz, la pasión, y en mis latidos la feroz endeblez de aquietarte en los intentos... verte desnuda, en esa cama tendida... placer e insumos, de los labios en tu cuerpo en cada bicestriz que derramas cuando miras mi piel en pos de todos tus segmentos... y casi al resquemor de una sílaba perdida de líquidos mares, cuan orgasmos permitidos, el fino amanecer de tacto y la agonía que demuestras cuando entro de lleno en tus gemidos. "...RN..."