La ciega soledad no reconoce dolor,
con angustia asesina los recuerdos.
Mientras yo mismo me reclamo valor,
me reprocho los ofrecimientos incumplidos.
Solo contigo el rumbo puedo retomar,
la falta de riqueza, conforma el amor,
juntos saciábamos el hambre de amar,
con ternura a mi vida le diste esplendor.
Si supiera que eres feliz en libertad,
tal vez yo también me sienta dichoso,
pero desde el fono, siento tu sollozo.
A veces tontamente dudo de tu lealtad,
cuando esquiva hablar de nuestro futuro.
Amor; la duda me avergüenza, te aseguro.