SIN QUE NADIE ACUDA

Soy jornalero que en el mundo duda
si blasfemar o si rezar de plano.
Pese a mis alas repto cual gusano
y clamo al cielo sin que nadie acuda.
Duermo con un volumen de Neruda
y me despierto siempre muy temprano.
Torpe de lengua soy; pero me ufano
de amar a Cristo más que al pobre Buda.
Suelo escribir poemas encendidos
en la fogata de mis ansiedades
que hablan de amor y por amor florecen.
Son sentimientos íntimos, heridos,
contaminados de necesidades
insatisfechas que los ensombrecen.
Heriberto Bravo Bravo SS.CC