Para tu partida

Y ahora ¿cómo te busco?
y ahora, ¿dónde te encuentro?
y ahora, como deduzco
que en ausencia tuya
mi corazón seguirá contento;
ahora consuelo ninguno me alcanza;
ahora como bala en carne del difunto,
anida en mí la desesperanza.
Ahora uno que no calza
mis zapatos ni mi vestido,
me quiere hacer
saber,
que tú no te has ido;
que sólo mis ojos debo cerrar,
para volverte a sentir,
para sentirme cerca a tí,
¡pero si yo eso no quiero!
si yo siento que contigo muero
si no te vuelvo a tocar,
si no te vuelvo a palpar,
si profundamente a tus ojos
no vuelvo yo a mirar.
Que debo ser fuerte,
que te busque en mis recuerdos;
¡que demonios!
si hoy yo siento
que me aniquila la muerte;
que en mis recuerdos podré hallarte,
si yo quiero frente a mi encontrarte
cada vez que a nuestra guaridaregrese a buscarte;
que vivirás en mi memoria,
¡si yo no quiero eso!
si yo quiero que vivas en mi piel,
si yo quiero que hoy tus frios, y hasta ayer
tibios labios, posen en mi un beso,
si yo quiero calentarme con la tibieza
de tus manos frías,
si yo quiero ver como de tu rostro se iba evaporando la tristeza,
cada vez que sonreías.
Que nos volveremos a ver en otra vida,
que de un cielo me estás mirando,
me dicen las almas compasivas,
como si ese consuelo me bastara para tu partida,
si yo quiero tener la certeza
que hoy nuevamente en la tarde me estarás abrazando;
¡que otra vida voy yo a esperar!
si no creo en otra vida más que en esta,
en esta que hoy se tiñe funesta,
en esta vida que te conocí,
en esta vida que te amé,
en esta vida que de tí aprendi,
en esta vida que junto a tí me quedé,
y en esta vida que te perdí.