¡Ay, poeta que desahogas!
¡Tus congojas con las letras!
Que solitario navegas,
Entre el Internet y las teclas.
Bajo tu visual, del monitor,
Los amores te elogian,
Ilusiones y desengaños, temor.
Mil confusas sensaciones eliminan.
Como torre de babel.
¡Ay poeta aventurero!
Versos dulces como miel,
De tu mundo te fugaste.
Y has creado en otros puentes,
El beber del almíbar sabrosa,
Cristalino de tu pluma,
Y se olvidan de sus penas.
Tan amargas como hiel.
¡Ay poeta solitario!
Cuántas noches has soñado,
Con besar sus rojos labios fiel,
Con rozar su tirna piel,
Si al dolor lo hiciste bello,
Con guirnaldas de colores,
Que revives esos sueños.
Con tu mágico pincel.
¡Ay poeta navegante!
A otros mares escapaste,
Quizá huyendo de las dudas.
Que sembró alguna infiel,
Sigue el faro luminoso,
Que alumbrando está el camino,
Guía el barco a su destino,
¡OH experto timonel!
Poeta del Internet anónimo
Tus versos es también el árbol.