Los poetas siempre son
almas atormentadas,
corazones que no encuentran
ni conocen el sosiego;
vidas en ebullición
y un cerebro sordo y ciego
a las voces de la razón.
Los poetas siempre son
espíritus "trapecistas",
corazones idealistas
poseídos de pasión;
románticos, pesimistas;
son todo, menos "simplistas",
en su humana condición.
Un poeta es un laberinto
imposible de descifrar;
es un mar de confusiones
y humanas contradicciones.
Es un ser raro y distinto,
muy difícil de encontrar;
víctima de situaciones
que no puede controlar.
Es un ente singular
siempre ávido de emociones,
es ese raro ejemplar
de las mundanas pasiones
que es capaz de sublimar
sus penas, sus ilusiones,
y las sabe transformar
hasta volverlas canciones
imposibles de imitar.
El poeta es un juglar
en la selva de concreto
y se le debe respetar;
es un artista completo,
el que nos hace soñar
con su manera especial
de ver la vida y las cosas;
es un "sembrador de rosas"
y jamás será obsoleto.-