despedida a mi escuela

DESPEDIDA A MI ESCUELA.

Querida escuela mía, que me abriste los brazos

Cual madre generosa para darme el estudio;

Me enseñaste a ser libre y a superar fracasos,

Te quiero porque fuiste de mi vida el preludio.

Cuando vine a tus aulas era mi mundo oscuro;

Mi m ente se sentía pesada de ignorancia.

Más tú me señalaste la senda del futuro

Y e hablaste del éxito que espera a la distancia.

Tus libros me enseñaron que todo llega y pasa;

Que tiene mi existencia sólo una trayectoria:

Llegar a ser como esos próceres de mi raza

Que cubrieron de hazañas los campos de su historia.

Y con tus enseñanzas hemos salido diestros

En todo lo que exige la lucha de los años.

Con la sabia palabra de todos los maestros

Iremos escalando del triunfo los peldaños.

Que sirvan de testigos tus viejos pizarrones,

De nuestro intento diario por lograr ser felices,

Borrando de la mente los negros nubarrones,

Con cada frase escrita con luz de tus gises.

Gozamos y sufrimos al asistir a clases,

Pero eso no templaba como el fuego al acero.

Conocimos la vida en sus distintas fases

En la amistad hermosa de cada compañero.

Hoy nos toca alejarnos de tus aulas queridas;

Ya cumplimos el ciclo de estudios y de esfuerzos.

Más nos vamos contentos, con las almas henchidas

De recuerdos hermosos y de frutos diversos.

Mañana cuando vuelvan hacia ti nuestros ojos

Sentiremos nostalgia de tus consejos sanos.

Aprendí que los hombres no son blancos ni rojos,

Ni somos enemigos: todos somos hermanos.

Querida escuela mía, hoy te ofrezco la palma

De mi agradecimiento; te la doy entera.

Te doy mi despedida, más te llevo en el alma:

Como esa luz radiante, que hay en la primavera.