Gracias padre, gracias hijo

¿Quién se dio así mismo, el Padre o el Hijo?

¿entregarías tu hijo a una muerte cruel?

¡como lloraría el corazón de aquel

ue regaló su hijo para salvarme!

¡como habrá gemido a cada latigazo

que rasgaba su carne pedazo a pedazo!

¡Que terrible verle caminar por el sendero!

caerse, levantarse con dolor intenso

hasta llegar a la línea base

del dolor insospechable.

Si el dolor del Hijo es indescriptible

el dolor del Padre es inimaginable

no distinguirse ni rostro, ni cuerpo

de ese ser amado furiosamente escarnizado.

¡Como acariciar su cuerpo sín lastimarlo!

y es que no había un hueso, cartílago,

vena, órgano, que no haya sido tocado,

roto, maltratado, destrozado.

Si heroico fue el Hijo al caminar ese calvario

heroico fue el Padre por amor al entregarlo

gracias Padre por haber oído sin doblarte

el grito agudo de tu Hijo clamando angustiado

¿donde estas Tú?.

¡cuán solo se sentía y abandonado!

Gracias Padre, Gracias Hijo,

por haber hecho ese pacto de dolor

para salvarme de las garras

el pecado y de su horror.

Gracias por Tu sangre derramada

que manchó con rojo vivo

el pavimento de esas calles ¡

que alto precio pagaste!

con la moneda del sacrificio, moneda incambiable.

Gracias Padre, Gracias Hijo,

Gracias Hijo, Gracias Padre.

03-03-00