Luz de mi vida, mi bello lucero
Escúchame querida y hermosa niña
Bella durmiente de luceros encendidos
Óyeme un momento amada princesa
Querida mujer de mis años perdidos
Estoy entre las sábanas de mis dudas
Inmerso en un mar de fondo inquieto
Y cuando siento el vaivén de las aguas
En el devaneo de impresiones ocultas
Apareces siempre como una reina, la mía
Ahora en tu trono, en tu palacio aéreo
Mirando a la tierra desde el mismo cielo
Se vienen a mi mente recuerdos del pasado
De aquellos años mozos que no he olvidado
Y reconozco el efecto, el gran agrado
Que sentía al mirarte aunque sea de lado
Los pensamientos se mezclan, se revuelven
Y hacen brotar de mí, lo que hoy es sagrado
El deseo que uno vive cuando a tu lado
mira a una realidad, un cuerpo ni pensado
Eres una mujer que revierte en mí lo callado
y me hace comprender que me he enamorado
Voy entretenido tejiendo nuevos sueños
con fibras de oro y de plata, con marco de oro
imaginando el hoy, dejando para más tarde el luego
sabiendo eres mi lucero y por ello te quiero
Conjugo con placer, nuevos y creativos verbos
y es que por ti he logrado comprender
escondidos entre un hombre y una mujer, secretos
Son en especial deseos que no habían nacido
que estaban por salir, esperando motivos
Hoy, ya no hay disfraces, eres tú, no lo objeto
y de no ser la realidad, de mi bello sueño
Creo que no importará, pues de sólo saberlo
de creerte mía, de esperar un luego
De tener tu mano, poder besar tu boca
y hasta aún menos, de recibir un te quiero
Ya valió la pena todo, hasta de este sueño
Samuel Akinin
de mi página Poesías al viento de facebook