La mansiÓn de los olvidos

A la posada del fracaso
van cada noche mis sueños a dormir
Con una frazada de viento
al calor de las noticias de ayer
en cualquier esquina
en cualquier rincón de soledad
el aposento
abre puertas.
¿Quién esta exento de dormir
ese profundo sueño
Quién no corona sus crepúsculos
con un atado de silencios colgado al seso?
En la posada del fracaso
ya no quedan siquiera
fantasmas del amor perdido
o recuerdos de quienes un día quisimos
y nos quisieron tal vez.
No hay administrador ni carcelero
capillas ni enfermería
Y nadie más que el sueño vela un sueño
al dormir junto el viento
invocando al sol
Retar a los elementos
es triunfo mayor del inquilino
en esta untuosa, increíble
democrática y nunca bien querida
mansión de los olvidos.