A la Felicidad por el Matrimonio.

1.
De Alma y Cuerpo estamos hechos.
No podemos separarlos.
Sí podemos, sus efectos,
Sentirlos por separado.
Hay veces que goza el Alma.
Hay veces que goza el Cuerpo.
A veces, por separado.
Y a veces, al mismo tiempo.
En el Lecho del Dolor
Está sufriendo el Enfermo
Y está ofreciéndole a Dios
Con Gozo su Sufrimiento.
Sabe que Dios se lo acepta
Y acepta sufrir, por ello.
¡Y tanto más goza su Alma
Cuanto más sufre su Cuerpo!.
En el Lecho del Placer,
El Esposo lujurioso
Vuelve otra vez a yacer,
Traicionando el Juramento
Que le prestó a su Mujer.
¡Cuánto más goza su Cuerpo
Más le está gritando su Alma
Que es Pecador y es Infiel!.
Y un Remordimiento amargo,
Le vuelve amargo el Placer.
Mas cuando el Amor nos llega,
Como un Regalo del Cielo,
La unión del Alma y el Cuerpo
Se hace tan íntima y plena,
Que cuanto más goza el Cuerpo
Más de Gozo al Alma llena.
Y llena de Gozo, el Alma,
De Gozo al Cuerpo le llena,
Haciendo que tanto Gozo
En Felicidad se vuelva.
Cuando esa unión se consuma,
El Alma y el Cuerpo alcanzan
Una Felicidad suma,
Una Felicidad santa.
Y a esa Felicidad suma
Dios dos veces la bendice
Y la hace dos veces santa,
Pues son dos, Hombre y Mujer,
Los que se unen ante El
En sus Cuerpos y en sus Almas. 2.
Eso es el Matrimonio.
Y eso sólo debe ser:
Dejar de ser para uno,
Para ser sólo del Otro.
Eso es el Matrimonio.
Y eso sólo debe ser:
Fundir en una dos vidas.
Vivir y envejecer juntos
Y fundar una Familia
Que a los dos los perpetúe
Y perpetúe a la Vida.
Eso es el Matrimonio
Y eso sólo debe ser:
Gozar juntos. Sufrir juntos.
Darlo y recibirlo todo.
Nada tener que no sea,
A la vez de Uno y del Otro,
Pues lo que no se comparte
Nos hace nuestros, tan solo.
Sólo Egoístas nos hace.
Eso es el Matrimonio
Y eso sólo debe ser:
Una unión, que une tan fuerte,
Que siendo dos, en sus Hijos,
Se hacen una sola Carne.
Y o los separa la Muerte
O no los separa nadie.
Eso es el Matrimonio
Y eso sólo debe ser:
Pasarse la vida amándose
Hasta que la Muerte venga
Y, sin piedad, los separe,
Llevándose a Uno a Los Cielos,
Dejando al Otro en La tierra,
Ya para siempre a la espera,
A la espera interminable,
De que Dios de Ellos se apiade
Y en El Cielo a unirlos vuelva.
Si los unió estando vivos,
Más los unirá en la Muerte.
Porque el Amor nunca muere
Y Dios siempre lo bendice
Y si en La Tierra los hizo
Tan Felices, tan Felices,
En El Cielo, tras morirse,
Los hará, además, Benditos.