Querido hijo
Hoy es tu cumpleaños y tengo ganas de decirte tantas cosas.
Se amontonan en mi mente montones de fragmentos de tu vida unida a la mía.
Recuerdo cuando supe que estabas de camino, que inmensa alegría sintió mi corazón, y mi alma entera bailaba de contenta por tu llegada.
Un día escuché sonar tu pequeño corazoncito, estabas lleno de vida,
tu corazón que estaba dentro de mí latía con fuerza,te aferrabas a éste mundo, querías nacer sano y fuerte como así fue.
Llegaste una tarde del mes de abril, yo…¡ sentía tanto dolor físico! pero ese dolor fue mitigado e incluso anulado cuando te tuve entre mis brazos.
¡Que frágil me pareciste! en cambio, no lo eras, naciste sano y bien entrado en carnes, todos me daban la enhorabuena, por tu llegada.
Creciste sano y siempre fuiste un niño muy feliz, con muchísimos amigos, que llenaron tu vida de juegos y compañía.
En el colegio siempre sacaste buenas notas, eso sí, había que animarte con los deberes escolares, pero los hacías bien hechos y luego obtenías la recompensa a tu esfuerzo.
Ya de mayor y una vez casado trajiste al mundo a tus propios hijos, dos preciosidades de niños que ocupan todos los minutos de tu vida, por los que luchas sin descanso para que no les falte de nada
y sobre todo les enseñas los valores más importantes de la vida, como es el respeto hacia sí mismo y hacia los demás.
Nuestro lema es, respeta y te respetarán, así se lo estás enseñando a tus aun pequeños hijos.
Como madre tuya que soy, te deseo el más feliz cumpleaños de tu vida, te quise desde el primer instante en que te supe en mi vientre, como te sigo y seguiré queriendo mientras me quede un halo de vida.
Con todo mi amor, sé feliz.
Chelo Álvarez.