Ese canto silencioso
sobre el cual nos recreamos
esa postura fraternal casi de hermano
donde dejamos, encender el alma.
Esa paz necesaria,ante el bullicio del mundo
ante la crueldad màs siniestra
ante el desamor inconfeso
ante la falta de humanidad
y el descabellado proceder,del equìvocado.
¡Hacen falta tus palabras!
esa disciplina arraigada y educadora
esa porciòn del alma con pinceladas nuevas
esa parte de tiì, que nos enseñantes
cuando la vida triste, dejo secuelas.
¡Entonces poeta amado!
que vuelvan a florecer claveles y azucenas
en el florero existencial de tu persona;
asì estaremos acompañados
esperando que aparezca la primavera.
¡El aporte beneficioso, siempre tiene!
un nombre que no se olvida
una escuela, para aprender a diferenciar
el soneto, el verso,la prosa
por el efecto que generan sus palabras.
Esa impronta llenita de sorpresas y sonrisas
que nos detiene el tiempo
cuando el amor no correspondido;
destruye nuestros sueños y quìmeras.
Es la postal, descriptiva y veraz
que adorna los sentidos.
Por eso.
¡Hacen faltas tus palabras!