Un niño
saca
una pelota
extraviada
de debajo
de un coche,
por un instante
me hace creer...
por un instante...
La tecnología
nos ha robado
la humanidad,
no existe
el progreso,
hablo con
futuros fósiles
que nadie
se preocupará
en investigar,
camino
por calles
destinadas
al olvido,
el mañana
es una sombra
paseando
en la oscuridad,
esa estrella
a la que dirijo
mi mirada
tal vez
ya ni exista,
así que
qué más da
si me incomunico
cada día
mediante este acto
intrascendente
completamente
egoísta,
cuando acabe
ya habrá fenecido,
ya estará enterrado,
con seguridad
ahora mismo
ya se ha
desintegrado...
No cielo,
la eternidad
no se creó
para nosotros,
solo podemos
recrearla,
dejar una esencia
fugaz,
un aroma
que se pierde
como el de aquellas
flores
que ni la lluvia
quiso
regar.