Solo con leer tus ojos es suficiente,
no acudiré a escuchar tu corazón,
ellos hablan lo que quieren decirme
desde lo más recóndito de tu razón.
Allá en el recuerdo andas buscándome,
en el que no quedó piedra sobre piedra,
ni que decir de lo mucho que te ame
y hasta en el jardín se trepó la hiedra.
Una a una se marchitaron las emociones,
que entregué con sentimiento y devoción,
en cada poro te hice sentir mil sensaciones
y en cada noche fría desnude tu perdición,
para amarte y no padeciere decepciones
y a futuro sí me perdiere, hallare esta pasión.