Cuando no hacen falta palabras,
el silencio es oportuno
y expresa a su modo,
lo que con frases es inexplicable.
Cuando el silencio habla,
el mensaje llega,
sale sin tropiezos,
sale de muy adentro.
Y cuando el silencio se hace imponente,
sus palabras son maravillosas,
porque son el eco del corazón,
en su máxima expresión.
Es la genuína explosión,
de lo que hay en el pensamiento
y se expresa en las miradas,
de los que quieren y se encuentran,
sin tabúes y sin tormentos.
Une tu mirada a quien quieras conocer
y no habrá algún ser,
que logre escapar, te lo aseguro,
de la realidad secreta,
que hay en tu corazón puro.