Ernesto el Comandante

Embriagame de coraje,
para que en mis venas corra
junto con el veneno de tu rabia,
dame un puro y contagiame de asma
sin previo aviso
una aspirada al humo que lo calma.
Tu ropaje desprolijo no decia nada,
pero tu mente acomodada era de la que se hablaba
si haberte conocido hubiese sido lo ideal,
luchar a tu lado una bala de plomo no me mataran;
no soy pintor pero el verde que te acompañaba
no conbinaba con el rojo amargo
en tu saco de comandante,
fue el caro precio vendido
por la estrela en tu frente.
Se volvio fragil el pensamiento
del dedo gatillero,
retornando en aquellos ejecutadores
la sed de tu venganza por su cobardia
para luego recordar
el halito vital de tus estelas,
con esos ojos abiertos de par en par,
si hasta pareciera que miraran,
pero solo un vacio se podia observar
en aquella mirada que aun era penetrante.
Bajo un crespon funebre de aquel cielo boliviano,
y a miles de nubesel lamento se prolongaba,
despertando en un rincon de mi cuerpo
para alli reposar la valentia la rabia
de "El Comandante CHE Guevara".