Dígale que mis caricias reclaman su piel de sabanas
y que mis ojos de corazón aguado extrañan su rostro.
Mi alma de celos fantasmales talla tu marfil de mujer.
Una marca, un recuerdo, una vida sin ti, así viviré, sólo.
El resplandor de tu cuerpo se perdió entre mi frontera,
La noche sin compañía, ató sobre tu pelo: palabras de
de ironía, poemas de melancolía y versos de angustia.
Dejo de caminar aquel arbusto sin piernas aisladas.
No tengo amor que sostenga mi mundo y mi tierra.
Desolado, sin rumbo, desunidas figuras se esfuman.
Atado a tus parpados de estrellas lejanas al universo.
Quedaron flotando sobre aquella cascada ilusionada.
El resplandor de tu cuerpo se perdió entre mi frontera,
La noche sin compañía, ató sobre tu pelo: palabras de
de ironía, poemas de melancolía y versos de angustia.
Dejó de anhelar sus sueños mi luciernaga cansada.