Aquella señora, que tanto me ha seguido por doquiera,
y más con la intensión de destruírme.
Total, no quise ser el débil hombre,
de sus insinuaciones y desvestirme.
Ella ha jurado que no tendré en mi vida,
por fuerza de su propia voluntad;
quien me ame y quien me de algún día,
un poco de su amor y de felicidad.
Si acaso Dios permite tal blasfemia,
no creo sea por verme en algún mal;
si no para tenerla de rodillas,
el día que la vaya a castigar.
Aquella señora, yo sé que hasta maldice en mi nombre;
y juega sin piedad y sin moral,
posee unos poderes infernales,
protéjeme Señor de su maldad."