HAY...

Hay un hueco de esplendor puro,

un sueño de estertor vano,

y una risa alocada que teje la calumnia.

La brisa lleva partículas a lugares remotos,

y ese dorado altivo nos alumbra desde que lo creó

el mismo Dios.

Hay un inocente despertar en cada parto,

un rincón reservado para los eternos amantes.

La vida se desnuda ofreciéndose al que su belleza llega a advertir,

y la soledad penetra en el corazón del que no se entiende con su entorno.

Hay una selva con espumosos fragores en el violento Amazonas,

un largo crucero de tus ojos sobre mi ilimitado océano o intimidad.

Lágrimas de mi querida mujer que siempre quedan,

y mis soberbios pensamientos que también con ella van creciendo.

Hay una extensa oscuridad de un solo color

y una tierra de nadie que refulge para atraer al bobo.

La sustancia de la que todas las cosas están hechas

se disgrega para mostrarnos su rencor.

Y allá arriba nos esperan para redimirnos de nuestras alegres masacres.

Y aquí abajo, el talentoso poeta quiere dar de fe de ese ilimitado poder,

dejando su testimonio en forma de gotas de sangre,

melodías de seducción o himnos de la incorruptible voz interior.