No me llames poeta...no lo soy...
Aunque en algún momento quise serlo...
Más hoy prefiero ser mi propio yo,
Sintonizarme con en el tiempo,
Y con el equilibrio de un malabarista perfecto,
Hacer para mí, la razón del universo...
No me llames poeta...no lo soy...
Yo soy velero sin viento...
Impulsado creo yo, por el amor,
Que a nosotros mismos nos tenemos...
Un amor...que sabe a río
Que sabe a mar, a playa y a grato puerto
Un amor que siento mío,
Porque lo llevo muy dentro...
No me llames poeta...no lo soy...
Yo no voy pensando mis versos
Quién escribe es “mi loco corazón”, impulsado por los sueños
Aunque no es raro ceder, en un día como hoy...
Que quien escribe... es un tanto más perverso...
No me llames poeta...no lo soy...
Disto mucho de ser, tan siquiera, el peor de todos ellos
Y no alcanzo, ni siquiera a entender,
Por qué, en vez de en prosa...me expreso en versos...
Ni por qué será que “mi corazón” gobierna más,
Que supuestamente nuestro jefe: “mi cerebro”
No me llames poeta...no lo soy...
Es posible que haya quien se ofenda por ello...
Alguien, que sepa de toda esta cuestión
Que involucra, a la rima y a la métrica en los versos...
Yo...cuando escribo, siempre aprieto el corazón...
Y no me importa, si me objetan algún texto
Sé bien que probablemente tendrán razón
¡Y en relidad son sólo palabras, al final del sendero!...
Palabras...finalmente...sólo son,
Y a las palabras se las lleva el viento...
No me llames poeta...no lo soy...
Yo también llevo una cruz a cuestas
Pero también pierdo el estupor,
Cuando el amor me habla y contesta...
Cuando contemplo la creación...
O cuando a mi vida, alguien como tu llega...
Se detiene y lee estos versos,
Y aun así...no me condena...
No me llames poeta...no lo soy...
Esa vasija, para mí, nunca estará llena
Quiero escribir de momento lo que siento,
Y sobre lo que me gusta y me causa pena...
Quiero mostrarle al mundo, sin arrepentimiento
Lo que tengo en mi colmena...
Y no busco más consuelo, que expresar mis sentimientos
Sin vergüenza y sin dilemas...