Se esconde tras tu fresca preciosura,
un dejo de temor, cuando a mi lado,
recorro el quieto campo desvelado,
que ofrece por paisaje, tu cintura.
Radica en lo remoto de tu hondura,
impúdico sentir desesperado,
que exige y que requiere ser tratado,
con altivez sublime y mano dura.
Más, ciegas la intención al verme cerca
y vuelves a escapar en forma terca,
sin que se alivie nunca tu dolencia.
Y sigo como fiera en el acecho,
buscando la ocasión, con persistencia,
de cobijar tu cuerpo entre mi lecho. (2008)
Nunca habÃa leeido algo que me calara tan hondo el alma,escribes muy bello,además me identifico mucho con tu poema SIGE ASI!!!!!!!!!!!!!!!!!!