Antípodas

La mente rige la mano y esta dibuja
en viejas hojas, los trazos seculares
donde razón y carne, están en puja
en la ciega batalla de los pares.
Virtual deseo y la real lasciva
que niega el otro yo a los ideales
pretendiendo óbito a la más viva
tragedia secular de los mortales
Odio y amor, balanza que persiste
como el cálido sol y la fría noche
equilibrio de lo armónico y lo triste
ensamble perfecto de dar y del reproche
Y la piedad y el odio es en mi sueño
la real paridad que no declina
el equilibrio es esclavo, nunca dueño
del castigo que nos sigue con inquina.
La sombra del embrión está perdida
y late tanatos con fuerza impredecible
oculta en los divagues de la vida
tras vanas alegrías, lo terrible.
Luz y sombra, día y noche, seco río
caudalosas vertientes son la fuente
antípodas que indican como mío
aceptar la dualidad de lo presente.
Y será vano que perpetuar quiera
pétalos suaves y eludir artero clavo,
pues nada evitara que en breve muera
como el rey que transformamos en esclavo
Son dos las realidades, y no es mentido
que al bello renacer de lo virtuoso
siempre acecha el saber que será olvido.