Todo lo que te di

Tenía un sueño escondido
¡profundo!, ¡hondo!
en la mina de mi querer
y a tí sin saber por qué
te regalé los sueños de oro
que por años guardé en la mina
como mi mas grande tesoro
También te di la miel
escondida debajo de mi piel
y te di el clavel
que silente se encendía
de solo pensar en tu querer
y te di el aroma intenso
de las dalias de nacar
de mi jardín inmenso
Te di las llaves de mi cancela
te di mi vida entera
la casa y la habitación
donde moraban juntas
toda mi oculta ternura
y mis ganas de ser pura
También te di mi tristeza
y mi inusual melancolía
de mi alma los versos y poesías
en una fiesta de amores
adornada con vinos y flores
y de mi boca ardiente
nunca te negué los besos
sin preocuparme que harias con ellos
Y todo de mi yo te dí
y en fuente viva y generosa
para ti me convertí
sentandome a tu vera
como manso perro
que en vela espera
la mano amorosa de su dueño
Como corso velé tu varonil figura
y quise cuidar de tu ser
como el perro fiel
que guarda a su dueño
y así fue como en tu amor me dejé
en girones los sueños de mi piel
Y tú, cual un dios pagano,
de manos de hiedra
y corazón de piedra
desdeñaste todo aquello que te di
¡el tesoro de mis sueños de oro!
¡la miel de mi ardiente piel!
y el agua que cristalina y pura
manaba de mi fuente para ti
Y tú, cual dios de Olimpo
fatuo y soberbio
no diste a mi dolor alivio
y con manos de hierro
sin piedad aplastaste al perro
que fiel vigilaba
tus pies de barro
y tu atribulado pecho
Ahora ya no hay perro
ya no hay quien a tus plantas vele
ya perece, ya se extingue,
herido en un rincón por ti se muere
solo en su porfía
con sus sueños de oro
con su miel y su olor
solo triste yace el perro
solo y triste y sin tu amor