La arida ira me cubrio, cual lluvia en fertil monson, mis manos perdieron el aire de su estomago, maldeci, bebi ron, me embriague con licor añejado en barricas forradas en piel de mujer, la inconciencia y el dolor me impulsaron a querer fenecer.
Lo escuche y no lo queria ceer, dijo: has tus cosas que yo hare lo mio! mi mundo de flores y pajarillos azoto contra el piso, comenzó mi delirio, mi boligrafo derramo su tinta, mi cama perdio el olor a lirios, y mi alma moribunda escribio con su sangre, este mal logrado idilio.
drqco