Almas consagradas

En este corazòn que Tù me diste
ha tiempo que el amor ha florecido.
En èl las avecillas hacen nido
y brilla en èl la luz que Tù prendiste.
Igual que a los canarios el alpiste
asì mi corazòn se te ha rendido
hambriento de tu amor. Cada latido
es un gemido màs porque lo heriste.
Lo heriste con heridas que no sanan
y temo que ya nunca cicatricen.
Lo mismo que las almas se engalanan
heridas del amor con que bendicen
tu excelsa majestad en que se ufanan
haciendo que tus glorias se eternicen.
Heriberto Bravo Bravo SS.CC