La libertad del hombre

Toqué el tallo apretado de licores,
de savia y vida,redondez callada.
Me sentí de elixir extasiada,
crecida el alma en palpitantes flores.
Y supe que de Dios,todas las cosas,
tienen el sello magistral divino:
el tallo que sostiene a mi destino,
trae espinas que ablandan tibias rosas.
Silencio azul me acarició la cara
y se hizo luz en mi interior la llama
del corazón encendido del Maestro.
Quebré del tallo su cintura leve
y entendí cómo el hombre en tiempo breve
puede a su ángel destruir ,siniestro.