Vencida su espalda, gastada ya su mirada
oculta tras largos silencios, el hielo de aquellas palabras...Apenas consigue entender
porque se llevaron los años, tanto amor que había sembrado aún sin poder cosecharlo.
Sus pasos se hicieron lentos...su salud tan quebradiza que ya ni siquiera puede recordar porque la prisa.
De a poco se fue quedando oculta tras un rincón, sintiendo que molestaba, que un estorbo tan solo era hoy.
Solo sabe, y cuánto duele, que hoy llega su despedida, no hay lugar en esa casa y hoy apuran su partida.
No saben cuanto los quiere, no recuerdan ya su amor, es que los años vivido para ellos nos cuentan hoy.
¿No comprenden que su mundo está en esas cuatro paredes y un millón de sus recuerdos que vuelan mientras se duerme?
¿Por qué me alejan de casa, diciendo que allá es mejor si todo cuanto preciso lo tengo si tengo amor.
No importaron sus palabras... ya nadie las escuchó...fue una tarde de crudo invierno, que la abuela se marchó.
Había en sus ojos cerrados una lágrima escondida,
que al estar lejos de casa nadie vio, ni en su partida...
Solo sé que antes de irse...con miedo, como una niña, lloró sola y en silencio, porque nadie comprendía.
Los años habían pasado...su fuerza se quebrantó,
solo su amor lucía intacto, mas eso...nadie lo vio...
"Dale tu tiempo y querer que no hay en la vida nada como la pena de ser una persona olvidada" me he permitido copiar casi literalmente esta estrofa de la poesía de un prestigioso poeta sudamericano (mis disculpas por no recordar el título, ni su nombre) si alguien lo reconoce y me quiere ayudar.. Es una estupenda poesía, muy sentida y que además nos acerca a una realidad terrible de nuestro tiempo. un abrazo