Gaviota.

Tranquila en su descanso medita pasos nuevos
que la mente le grita a modo de aventura,
sinuosas golondrinas acompañan sus desvelos
en la fugaz ambieguedad que teje su cordura.
Tranquila y transumante por los senderos camina
sedienta de quietud, musitan sus horarios,
y a luz perpejla de un puñado de pupilas
pierde sus hojas a través del calendario.
Tranquila se cobija en el mar de su inocencia
buscando el porque en respuestas que no llegan,
y sabe que perdiendo, le ganan las ausencias
cuando se apaga el día, y se muere en luna llena.